Documenta Catholica Omnia
Non nobis, Domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam


Index Verborum:     grandezas


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Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos a un Religioso para Alcanzar la Perfecion

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos copiados por Magdalena del Espiritu Santo

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos por la Madre Maria de Jesus

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos procedentes de Antequera

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos recogidos por la edicion de Gerona

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Cantico Espiritual A

§ 1.2

Donde es de notar que, por grandes comunicaciones y presencias, y altas y subidas noticias de Dios que una alma en esta vida tenga, no es aquello esencialmente Dios, ni tiene que ver con él, porque todavía, en la verdad, le está al alma escondido, y siempre le conviene al alma sobre todas esas grandezas tenerle por escondido y buscarle escondido, diciendo: ¿Adónde te escondiste? Porque ni la alta comunicación y presencia sensible es más testimonio de su presencia, ni la sequedad y carencia de todo eso en el alma es menos testimonio de su presencia en ella.

§ 4.3

En el cual está la consideración, es a saber, que estas diferencias y grandezas sola la mano del Amado Dios pudo hacerlas y criarlas.

§ 7.10

También acerca de las demás criaturas acaecen al alma algunas ilustraciones al modo que habemos dicho, aunque no siempre tan subidas, cuando Dios hace merced al alma de abrirle la noticia y el sentido del espíritu en ellas; las cuales parece están dando a entender grandezas de Dios que no acaban de dar a entender, y es como que van a dar a entender y se queda por entender, y así es un no sé qué que quedan balbuciendo.

§ 8.1

Y así, en esta canción habla con la misma vida de su alma, encareciendo el dolor que le causa; y el sentido de la canción es el siguiente: vida de mi alma, ¿cómo puedes perseverar en esta vida de cuerpo, pues te es muerte y privación de aquella vida verdadera de tu Dios, en que tú más verdaderamente que en el cuerpo vives por esencia, amor y deseo? Y ya que esto no fuese causa para que salieses del cuerpo de esta muerte (Rm. 7, 24) para gozar y vivir la vida de tu Dios, ¿cómo todavía puedes perseverar en el cuerpo, pues son bastantes solo por sí para acabarte la vida las heridas que recibes de amor de las grandezas que se te comunican de parte del Amado, y del vehemente amor que te causa lo que de él sientes y entiendes, que son toques y heridas que de amor matan? Síguese el verso:

§ 13.1

Y en este dichoso día no solamente se le acaban al alma sus ansias vehementes y querellas de amor que antes tenía, mas, quedando adornada de los bienes que digo, comiénzale un estado de paz y deleite y de suavidad de amor, según se da a entender en las presentes canciones, en las cuales no hace otra cosa sino contar y cantar las grandezas de su Amado, las cuales conoce y goza en él por la dicha unión del desposorio.

§ 13.3

Y es de notar que, así como en el arca de Noé, según dice la divina Escritura (Gn. 6, 14 ss.), había muchas mansiones para muchas diferencias de animales, y todos los manjares que se podían comer, así el alma en este vuelo que hace a esta divina arca del pecho de Dios, no sólo echa de ver en ella las muchas mansiones que Su Majestad dijo por san Juan (Jn 14, 2) que había en la casa de su Padre, mas ve y conoce haber allí todos los manjares, esto es, todas las grandezas que puede gustar el alma, que son todas las cosas que se contienen en las dos sobredichas canciones, significadas por aquellos vocablos comunes; las cuales en sustancia son las que se siguen.

§ 13.5

En lo cual se ha de entender que todo lo que aquí se declara está en Dios eminentemente en infinita manera, o, por mejor decir, cada una de estas grandezas que se dicen es Dios, y todas ellas juntas son Dios; que, por cuanto en este caso se une el alma con Dios, siente ser todas las cosas Dios en un simple ser, según lo sintió san Juan (Jn 1, 4) cuando dijo: Quod factum est, in ipso vita erat, es a saber: Lo que fue hecho, en él era vida.

§ 14.1

En las dos canciones pasadas ha cantado la Esposa las gracias y grandezas de su Amado: y en ésta canta el feliz y alto estado en que se ve puesta y la seguridad de él, y las riquezas de dones y virtudes con que se ve dotada y arreada en el tálamo de la unión de su esposo: porque dice estar ya ella en uno con el Amado, y tener las virtudes fuertes, y la caridad en perfección y paz cumplida, y toda ella enriquecida y hermoseada con dones y hermosura, según se puede en esta vida poseer y gozar.

§ 26.4

Llámala hermana y esposa porque ya lo era en el amor y entrega que le había hecho de sí antes que la llamase a este estado de espiritual matrimonio, donde dice que tiene ya segada su olorosa mirra y especias aromáticas, que son los frutos de las flores ya maduros y aparejados para el alma, los cuales son los deleites y grandezas que en este estado de sí la comunica, esto es, en sí mismo a ella: y por eso él es ameno y deseado huerto para ella.

§ 34.7

Y así como de muchos granos de las granadas un solo mosto sale, así de todas estas maravillas y grandezas de Dios conocidas, sale y redunda una sola fruición y deleite de amor para el alma, el cual ella luego ofrece a Dios con gran ternura de voluntad.

§ 36.5

5. ¡Oh almas criadas para estas grandezas y para ellas llamadas! ¿qué hacéis?, ¿en qué os entretenéis? Vuestras pretensiones son bajezas, y vuestras posesiones, miserias. ¡Oh miserable ceguera de los ojos de vuestra alma, pues para tanta luz estáis ciegos y para tan grandes voces sordos, no viendo que en tanto que buscáis grandezas y gloria os quedáis miserables y bajos de tantos bienes, hechos ignorantes e indignos! Síguese lo segundo que el alma pide, es a saber:

§ 36.5

5. ¡Oh almas criadas para estas grandezas y para ellas llamadas! ¿qué hacéis?, ¿en qué os entretenéis? Vuestras pretensiones son bajezas, y vuestras posesiones, miserias. ¡Oh miserable ceguera de los ojos de vuestra alma, pues para tanta luz estáis ciegos y para tan grandes voces sordos, no viendo que en tanto que buscáis grandezas y gloria os quedáis miserables y bajos de tantos bienes, hechos ignorantes e indignos! Síguese lo segundo que el alma pide, es a saber:

§ 37.5

Por la caballería entiende las potencias de la parte sensitiva, así interiores como exteriores, las cuales dice la esposa que en este estado descienden a vista de estas aguas espirituales, porque de tal manera está ya en este estado purificada y espiritualizada en alguna manera la parte sensitiva del alma, que ella con sus potencias sensitivas y fuerzas naturales se recogen a participar y gozar en su manera de las grandezas espirituales que Dios está comunicando al espíritu, según lo quiso entender David (Sal. 83, 3) cuando dijo: Cor meum et caro mea exultaverunt in Deum vivum, que quiere decir: Mi espíritu y mi carne se gozaron y deleitaron en Dios vivo.

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Cantico espiritual B

§ 1.3

De donde es de notar que, por grandes comunicaciones y presencias, y altas y subidas noticias de Dios que un alma en esta vida tenga, no es aquello esencialmente Dios, ni tiene que ver con él, porque todavía, a la verdad, le está al alma escondido, y por eso siempre le conviene al alma sobre todas esas grandezas tenerle por escondido y buscarle escondido, diciendo: ¿Adónde te escondiste? Porque ni la alta comunicación ni presencia sensible es cierto testimonio de su graciosa presencia, ni la sequedad y carencia de todo eso en el alma lo es de su ausencia en ella.

§ 4.3

En el cual está la consideración, es a saber, que estas diferencias y grandezas sola la mano del Amado Dios pudo hacerlas y criarlas.

§ 8.1

También acerca de las demás criaturas acaecen al alma algunas ilustraciones al modo que habemos dicho, aunque no siempre tan subidas, cuando Dios hace merced al alma de abrirle la noticia y el sentido del espíritu en ellas; las cuales parece están dando a entender grandezas de Dios que no acaban de dar a entender, y es como que van a dar a entender y se quedan por entender, y así es un no sé qué que quedan balbuciendo.

§ 8.2

Y así, en esta canción habla con la misma vida de su alma, encareciendo el dolor que le causa, y el sentido de la canción es el que se sigue: vida de mi alma, ¿cómo puedes perseverar en esta vida de carne, pues te es muerte y privación de aquella vida verdadera espiritual de Dios, en que por esencia, amor y deseo más verdaderamente que en el cuerpo vives? Y ya que esto no fuese causa para que salieses y librases del cuerpo de esta muerte (Rm. 7, 24) para vivir y gozar la vida de tu Dios, ¿cómo todavía puedes perseverar en el cuerpo tan frágil, pues, demás de esto, son bastantes sólo por sí para acabarte la vida las heridas que recibes de amor de las grandezas que se te comunican de parte del Amado, que todas ellas vehementemente te dejan herida de amor; y así, cuantas cosas de él sientes y entiendes, tantos toques y heridas, que de amor matan, recibes? Síguese el verso:

§ 11.10

Lo cual no sería si no participasen sus mismas grandezas, porque delante de Dios no hay nada precioso sino lo que él es en sí mismo.

§ 14.1

En el cual recogimiento, hallando el alma todo lo que deseaba y más de lo que se puede decir, comienza a cantar alabanzas a su Amado, refiriendo las grandezas que en esta unión en él siente y goza, en las dos siguientes canciones, diciendo:

§ 14.2

Y en este dichoso día, no solamente se le acaban al alma sus ansias vehementes y querellas de amor que antes tenía, mas, quedando adornada de los bienes que digo, comiénzale un estado de paz y deleite y de suavidad de amor, según se da a entender en las presentes canciones, en las cuales no hace otra cosa sino contar y cantar las grandezas de su Amado, las cuales conoce y goza en él por la dicha unión del desposorio.

§ 14.3

Y es de notar que, así como en el arca de Noé, según dice la divina Escritura (Gn. 6, 14 ss.), había muchas mansiones para muchas diferencias de animales, y todos los manjares que se podían comer, así el alma en este vuelo que hace a esta divina arca del pecho de Dios no sólo echa de ver en ellas las muchas mansiones que Su Majestad dijo por san Juan (14, 2) que había en la casa de su Padre, mas ve y conoce allí todos los manjares, esto es, todas las grandezas que puede gustar el alma, que son todas las cosas que se contienen en las dos sobredichas canciones, significadas por aquellos vocablos comunes; las cuales en sustancia son las que se siguen:

§ 14.5

En lo cual se ha de entender que todo lo que aquí se declara está en Dios eminentemente en infinita manera, o, por mejor decir, cada una de estas grandezas que se dicen es Dios, y todas ellas juntas son Dios.

§ 20.6

Llámale hermana y esposa, porque ya lo era en el amor y entrega que le había hecho de sí antes que la llamase a este estado de matrimonio espiritual, donde dice que tiene ya segada su olorosa mirra y especias aromáticas, que son los frutos de las flores ya maduros y aparejados para el alma, los cuales son los deleites y grandezas que en este estado de sí la comunica, esto es, en sí mismo a ella; y por eso, él es ameno y deseado huerto para ella.

§ 22.2

En las dos canciones pasadas ha cantado el alma Esposa las gracias y grandezas de su Amado el Hijo de Dios; y en ésta no sólo las va prosiguiendo, mas también canta el feliz y alto estado en que se ve puesta y la seguridad de él.

§ 35.8

Porque así como de muchos granos de las granadas un solo mosto sale cuando se comen, así todas estas maravillas y grandezas de Dios en el alma infundidas redunda en ella una fruición y deleite de amor, que es bebida del Espíritu Santo; la cual ella luego ofrece a su Dios, el Verbo Esposo suyo, con grande ternura de amor.

§ 37.7

7. ¡Oh almas criadas para estas grandezas y para ellas llamadas!, ¿qué hacéis?, ¿en qué os entretenéis? Vuestras pretensiones son bajezas y vuestras posesiones miserias. ¡Oh miserable ceguera de los ojos de vuestra alma, pues para tanta luz estáis ciegos, y para tan grandes voces sordos, no viendo que, en tanto que buscáis grandezas y gloria, os quedáis miserables y bajos, de tantos bienes, hechos ignorantes e indignos! Síguese lo segundo que el alma dice para dar a entender aquello,es a saber:

§ 37.7

7. ¡Oh almas criadas para estas grandezas y para ellas llamadas!, ¿qué hacéis?, ¿en qué os entretenéis? Vuestras pretensiones son bajezas y vuestras posesiones miserias. ¡Oh miserable ceguera de los ojos de vuestra alma, pues para tanta luz estáis ciegos, y para tan grandes voces sordos, no viendo que, en tanto que buscáis grandezas y gloria, os quedáis miserables y bajos, de tantos bienes, hechos ignorantes e indignos! Síguese lo segundo que el alma dice para dar a entender aquello,es a saber:

§ 38.5

Los cuales en este estado dice aquí la Esposa que descienden a vista de las aguas espirituales, porque de tal manera está ya en este estado de matrimonio espiritual purificada y en alguna manera espiritualizada la parte sensitiva e inferior del alma, que ella con sus potencias sensitivas y fuerzas naturales se recogen a participar y gozar en su manera de las grandezas espirituales que Dios está comunicando al alma en lo interior del espíritu, según lo dio a entender David (Sal. 83, 3) cuando dijo: Mi corazón y mi carne se gozaron en Dios vivo.

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Cantico espiritual CA

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Cautelas

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Dichos de luz y amor

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Epistolario

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Grados de Perfecciòn

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    La Subida del Monte Carmelo

§ 2.26.6

Podría él, empero, hacer alguna apariencia de simia, representando al alma algunas grandezas y henchimientos muy sensibles, procurando persuadir al alma que aquello es Dios; mas no de manera que entrasen en la sustancia del alma y la renovasen y enamorasen súbitamente, como hacen las de Dios.

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Llama de Amor Viva A

§ 3.1.2

Para entender este verso es de saber que Dios, en su único y simple ser, es todas las virtudes y grandezas de sus atributos: porque es omnipotente, es sabio, es bueno, es misericordioso, es justo, es fuerte, es amoroso y otros infinitos atributos y virtudes que de él no conocemos acá.

§ 3.1.2

Y, siendo él todas estas cosas, estando él unido con el alma, cuando él tiene por bien de abrirle la noticia, echa ella de ver en él todas estas virtudes y grandezas clara y distintamente, conviene saber: omnipotencia, bondad, sabiduría, justicia, misericordia, etc., todas en único y simple ser.

§ 3.1.3

Y así, en un acto luce y arde según todas sus grandezas y virtudes, podemos decir, de muchas maneras en una manera: porque luce y arde como omnipotente, y luce y arde como sabio, y luce y arde como bueno, y luce y arde como fuerte, como justo, como verdadero y como las demás virtudes y condiciones divinas que hay en él, dando al alma inteligencia y amor de sí, según todas ellas distintamente y según cada una.

§ 3.1.4

Estas lámparas le lucieron bien a Moisés (Ex. 34, 6­7) en el monte Sinaí, donde, pasando Dios delante de él, apresuradamente se postró en la tierra y dijo algunas grandezas de las que en él vio; y amándole según aquellas cosas que había visto, las dijo distintamente, diciendo: Emperador, Señor, Dios, misericordioso, clemente, paciente, de mucha miseración, verdadero, que guardas misericordia en millares, que quitas los pecados y maldades y delitos, que eres tan justo que ninguno hay inocente de suyo delante de ti.

§ 3.1.14

Según esto, ¿cuáles serán las sombras que hará el Espíritu Santo al alma de todas las grandezas de sus virtudes y atributos, estando tan cerca de ella, que no sólo la toca en sombra, mas está unida con ellas en sombra, gustándolas en sombra, entendiendo y gustando el talle y las propiedades de Dios en sombra de Dios, es a saber: entendiendo y gustando la propiedad de la potencia divina en sombra de omnipotencia, y entendiendo y gustando la sabiduría divina en sombra de sabiduría divina, entendiendo y gustando la bondad infinita en sombra que le cerca de bondad infinita, entendiendo y gustando el deleite de Dios infundido en sombra de deleite de Dios, y, finalmente, gustando la gloria de Dios en sombra de gloria, que hace saber y gustar la propiedad y talle de la gloria de Dios, pasando todo esto en claras y encendidas sombras, pues los atributos de Dios y sus virtudes son lámparas, que, como quiera que sean resplandecientes y encendidas, a su talle y propiedad han de hacer sombras resplandecientes y encendidas y multitud de ellas en un solo ser?

§ 3.1.54

Y en esto las distrae y saca facilísimamente de aquella soledad y recogimiento en que, como habemos dicho, el Espíritu Santo está obrando aquellas grandezas secretamente.

§ 3.1.63

Y así, en tanto que proponía en el sentido algún gusto, estaba ciego para ver las grandezas de riquezas y hermosuras divinas que estaban detrás.

§ 3.1.63

Porque así como, poniendo sobre el ojo una cosa, por pequeña que sea, basta para tapar la vista que no vea otras cosas que estén delante, por grandes que sean, así un leve apetito y ocioso acto que tenga el alma, basta para impedirla todas estas grandezas divinas que están después de los gustos y apetitos que el alma quiere.

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Llama de Amor Viva B

§ 0

Para entender qué lámparas sean éstas que aquí dice el alma y cómo luzcan y ardan en ella dándole calor, es de saber que Dios, en su único y simple ser, es todas las virtudes y grandezas de sus atributos: porque es omnipotente, es sabio, es bueno, es misericordioso, es justo, es fuerte, es amoroso, etc., y otros infinitos atributos y virtudes que no conocemos.

§ 0

Y siendo él todas estas cosas en su simple ser, estando él unido con el alma, cuando él tiene por bien abrirle la noticia, echa de ver distintamente en él todas estas virtudes y grandezas, conviene a saber: omnipotencia, sabiduría, bondad, misericordia, etc.

§ 0

Según esto, ¿cuáles serán las sombras que hará el Espíritu Santo a esta alma de las grandezas de sus virtudes y atributos, estando tan cerca de ella, que no sólo la toca en sombras, mas está unido con ellas en sombras y resplandores, entendiendo y gustando en cada una de ellas a Dios, según la propiedad y talle de él en cada una de ellas? Porque entiende y gusta la potencia divina en sombra de omnipotencia; y entiende y gusta la sabiduría divina en sombra de sabiduría divina; y entiende y gusta la bondad infinita en sombra que le cerca de bondad infinita, etc.

§ 0

16. ¡Oh!, pues, ¿qué sentirá aquí el alma experimentando aquí la noticia y comunicación de aquella figura que vio Ezequiel en aquel animal de cuatro caras, en aquella rueda de cuatro ruedas, viendo cómo el aspecto suyo es como de carbones encendidos y como aspecto de lámparas, y viendo la rueda, que es la sabiduría, llena de ojos de dentro y de fuera, que son las noticias divinas y resplandores de sus virtudes, y sintiendo en su espíritu aquel sonido que hacía su paso, que era como sonido de multitud y de ejércitos, que significan muchas grandezas de Dios, que aquí el alma en un solo sonido de un paso que Dios da por ella distintamente conoce; y, finalmente, gustando aquel sonido del batir de sus alas, que dice el profeta era como sonido de muchas aguas, y como sonido del Altísimo Dios, las cuales significan el ímpetu que habemos dicho de las aguas divinas, que en el alear del Espíritu Santo en la llama de amor, letificando al alma, la embisten, gozando aquí la gloria de Dios en su semejanza y sombra, como también este profeta dice, que la visión de aquel animal y rueda era semejanza de la gloria del Señor? (Ez. 1, 1­28).

§ 0

Y en esto facilísimamente la distrae y saca de aquella soledad y recogimiento, en que, como habemos dicho, el Espíritu Santo está obrando aquellas grandezas secretas.

§ 0

Y por eso a estas tres potencias, memoria, entendimiento y voluntad, las llama el alma en este verso cavernas del sentido profundas, porque por medio de ellas y en ellas siente y gusta el alma profundamente las grandezas de la sabiduría y excelencias de Dios.

§ 0

Por lo cual este sentido común del alma, que está hecho receptáculo y archivo de las grandezas de Dios, está tan ilustrado y tan rico, cuanto alcanza de esta alta y esclarecida posesión.

§ 0

Y así, en tanto que proponía en el sentido algún gusto, estaba ciego para ver las grandezas de riquezas y hermosura divina que estaban detrás de la catarata.

§ 0

Porque así como, poniendo sobre el ojo una cosa, por pequeña que sea, basta para tapar la vista que no vea otras cosas que están delante, por grandes que sean, así un leve apetito y ocioso acto que tenga el alma, basta para impedirla todas estas grandezas divinas, que están después de los gustos y apetitos que el alma quiere.

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Noche Oscura

§ 2.3.3

Por tanto, porque estos aprovechados todavía el trato y operaciones que tienen con Dios son muy bajas y muy naturales, a causa de no tener purificado e ilustrado el oro del espíritu; por lo cual todavía entienden de Dios como pequeñuelos, y saben y sienten de Dios como pequeñuelos, según dice san Pablo (1 Cor. 13, 11), por no haber llegado a la perfección, que es la unión del alma con Dios; por la cual unión ya, como grandes, obran grandezas en su espíritu, siendo ya sus obras y potencias más divinas que humanas, como después se dirá.

§ 2.9.2

Por tanto, conviene mucho y es necesario para que el alma haya de pasar a estas grandezas, que esta noche oscura de contemplación la aniquile y deshaga primero en sus bajezas, poniéndola a oscuras, seca y apretada y vacía; porque la luz que se le ha de dar es una altísima luz divina que excede toda luz natural, que no cabe naturalmente en el entendimiento.

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Otras del mismo a lo divino

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Que va por super flumina



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